Las Fallas (Falles en valenciano) son unas fiestas con una arraigada tradición en la ciudad de Valencia y diferentes poblaciones de la Comunidad Valenciana, que se celebran del 15 al 19 de marzo. Oficialmente empiezan el último domingo de febrero con el acto de la crida. Actualmente, esta festividad se ha convertido en un atractivo turístico muy importante, ya que están catalogadas como fiesta de Interés Turístico Internacional. Estas fiestas también son llamadas fiestas josefinas o festes de Sant Josep (en valenciano), ya que se celebran en honor a San José, patrón de los carpinteros.
El monumento fallero
Habitualmente tienen carácter satírico sobre temas de actualidad. Las fallas suelen constar de una figura o composición central de varios metros de altura, las más grandes superan los 30 metros (exactamente la falla Na Jordana 2001, con 33 metros, fue la más alta y voluminosa de la historia) rodeadas de numerosas figuras de cartón piedra, poliuretano (material que en los últimos años está siendo sustituido por otros más modernos como el poliestireno expandido, más ligero y moldeable), sostenidas por una armazón de madera. Incluyen letreros escritos en valenciano explicando el significado de cada escenografía, siempre con sentido crítico y satírico.
Los artistas y artesanos (denominados artesans fallers), carpinteros, pintores y escultores se dedican durante meses a construir monumentos que las diferentes comisiones (en Valencia hay 387) contratan, lo cual impulsa la creación de empleo en la ciudad. Las fallas se instalan en la calle con grúas el 15 de marzo(Si es una falla mayor unos días antes, y si es de la sección especial desde el 3 de marzo). por la noche, el día de la plantà se planta el monumento infantil en los pueblos. En Valencia Capital se plantan el 14. El acto en el que se quema la falla se denomina la cremà (la quema).
Como complemento a los letreros, algunas comisiones realizan el "llibret de la sátira", en el que se explica mediante versos satíricos el contenido de la falla. Este género se inició en el siglo XIX con el autor suecano Bernat i Baldoví, y experimentó su máximo auge en los años 50 y 60 del siglo XX, gracias a autores como Emili Panach o José Bea Izquierdo. Y esta tradición ha llegado a ser tan importante que incluso tiene su propia categoría en la sección de premios. Cada año, se otorgan diferentes galardones a los llibres según categorías y criterios, en lo que hace referencia al diseño, información que contiene, originalidad, etc. Por lo que el "llibret" es un elemento más del mundo fallero, en el que muchas personas, al igual que en el monumento, ponen su empeño para crear el mejor producto y, si es posible, recoger uno de los premios con toda la comisión.
